En el año 2016, el reconocido periodista y humorista de las revistas Semana y SoHo, Daniel Samper Ospina, se decidió por un atrevido cambio de carrera: optó por volverse Youtuber. Preocupado en ese entonces por el "iceberg del mundo digital" contra el que el periodismo iba a estrellar, como él lo pone, empezó a investigar sobre el mundo nativo digital, y así dio con el fenómeno de los influencers. Fascinado por lo que veía, decidió parodiarlos para una de sus columnas humorísticas, pero accidentalmente dio con un éxito que no pudo rechazar: el futuro de la sátira política ahora estaba en los videos, no las revistas.
Tras cerca de diez años de evolución desde ese cambio de rumbo, el trabajo de Daniel Samper se divide en tres formatos que muestran distintas facetas del mismo sentido de sátira ya bien reconocido de los Samper: las columnas, los videos, y las obras de teatro. Cada uno cumple su propio objetivo dentro del legado que quiere dejar Samper, y cada uno, de cierta forma, ha llegado a su vida por accidente; accidentes que lo han llevado a desaprender muchas actitudes de periodista tradicional y asumir varias propias de los entretenedores digitales de los que alguna vez se burlaba, eso sí, sin jamás perder el sentido periodístico con que empezó todo.
"Yo [sigo siendo] periodista, y he logrado hasta ahora adaptarme al mundo cambiante de las comunicaciones, y así seguiré haciéndolo, tratando de encontrar en cada amenaza una oportunidad; así hay que aventarse, no tener miedo", dice Samper en cuanto a la longevidad que espera tenga su trabajo. Sea en videos, columnas, en vivo, con inteligencia artificial si hace falta, Daniel Samper no dejará de hacer lo que mejor sabe hacer con una única garantía, según dice él: "mantener independencia frente al poder, jamás pertenecer al poder, y siempre hacerle contrapeso al poder"











